Una de las cosas que más me gusta hacer cuando viajo es olvidarme de los grandes monumentos y lugares famosos que todas las guías dicen que hay que visitar y dedicar mi tiempo, en cambio, a pasear por la ciudad. Creo sinceramente que esta es la verdadera forma de llegar a conocerla, de verla del modo más parecido a cómo la ven quienes viven allí. Yo misma, a pesar de haber vivido casi toda mi vida a dos calles de la Sagrada Família, nunca la he visitado por dentro.
A menudo, cuando voy de un sitio a otro, planifico mi recorrido para hacer el itinerario lo más agradable posible. En Barcelona hay algunas calles y plazas que, sin ser particularmente famosas, son espacios encantadores de la ciudad y vale la pena verlos, aunque sea sólo para atravesarlos de camino a otra parte.
Aquí os dejo algunas de mis calles y plazas favoritas, todas más o menos céntricas, aunque la lista podría ser mucho más larga.
Plaça Sant Felip Neri
Sin duda, se trata de uno de los rincones más bonitos de Barcelona. Está en pleno corazón de la ciudad y, a pesar de que miles de turistas pasan cada día a escasos metros de esta placita, muy pocos se dan cuenta de que existe. Se trata de una pequeña y tranquila plaza a la que se accede por una puerta en forma de arco con una curiosa fuente octogonal en el centro.

En uno de los laterales se encuentra la pared de una iglesia donde se pueden ver las marcas que dejó una bomba lanzada durante la Guerra Civil y que causó varias decenas de muertos. La mayoría de edificios que la rodean son de estilo renacentista y vale la pena levantar la cabeza para no dejárselos perder.
Si os gusta el sitio y os apetece quedaros un ratito por ahí, es un sitio agradable donde traerse comida para llevar si queréis ahorrar tiempo, y si no también está la opción de tomarse un café en la planta baja del hotel que hay en una de las esquinas.
Carrer Blai
Es uno de los centros neurálgicos de Poble Sec, una calle peatonal que os permitirá alejaros un poco del odioso Paralel —que encabezaría mi lista en un artículo llamado “Calles y plazas de Barcelona que no deberían existir”. Aunque la calle entera está llena de restaurantes y bares de todo tipo, si os gustan los pinchos este es vuestro sitio.

Enric Granados
Si vais de la parte alta de la ciudad al centro, sin duda os aconsejo ir por esta calle. A pesar de ser una calle circulable, es casi un paseo peatonal. Esto hace que esté llena de restaurantes y bares con terrazas bastante tranquilas. Es una apuesta segura si alguna noche no sabéis dónde cenar y vais a la aventura, a ver qué encontramos.
Las mejores zonas son los dos extremos, que sí son peatonales, y donde se concentran algunos de estos locales, entre los que podéis encontrar ofertas muy variadas. Pero en la misma calle también hay tres tiendas de flores (hombres del mundo, ¡sed clásicos de vez en cuando!), tiendas de muebles de diseño, tiendas de ropa, de objetos de decoración, galerías de arte, heladerías… ¡un mundo entero en una calle!

Avinguda Gaudí
Esta calle es una de las grandes olvidadas de la ciudad. Parte de la Sagrada Familia y llega hasta el Hospital de Sant Pau, pero por lo general la gente que visita la ciudad no suele llegar tan lejos y se dejan perder este bonito paseo. Sin duda la calle debería reurbanizarse y convertirse en una rambla, pero aun así la poca circulación y el espacioso tramo central de acera la convierten una avenida por la que merce la pena pasearse.

Aunque la parte más baja tiene algún local algo más turístico, por lo general esta avenida está llena de tiendas de barrio y pequeños restaurantes de tipos muy variados. En cierto modo, es la gemela de la calle Enric Granados en la Dreta de l’Eixample, aunque mientras en aquella abundan los locales de moda, en la Avinguda Gaudí predomina el comercio de barrio. Se convierte en un agradable paseo, con alguna que otra parada, y con estos dos monumentos modernistas como telón de fondo.

La Perla
Si queréis saber qué es Gracia, tomad esta calle. Es un ejemplo estupendo de la zona residencial de la Vila de Gràcia, una calle tranquila, pràcticamente sin circulación de coches, con edificios de muy pocas plantas. La mayoría de negocios son tiendas y bares tranquilos, sitios pensados para la vida de barrio. No hay mucho que ver y hay más calles en Gràcia igual de bonitas, pero a mí, no sé por qué, esta me gusta particularmente.
Passeig Lluís Companys
Este paseo, presidido por el arco de triumfo de Barcelona, conduce a la entrada del Parque de la Ciutadella. Aunque no es una calle nada comercial, su ancho tramo central se llena siempre de vida. Además de ser un buen punto de partida para un paseo en el parque, también es frecuente encontrar pequeñas ferias de distinta temática, actividades infantiles algunos fines de semana, clases de yoga o de pilates al aire libre, patinadores, conciertos durante el verano…

Se trata de uno de los espacios más plurifuncionales de la ciudad, por donde camina gente ajetreada de camino al trabajo o a la universidad, parejas de abuelos en su paseo matutino, grupos de niños que van de excursión al parque, turistas despistados sacándose fotos con el arco de fondo y personajes variopintos de todo calibre.
Carrer del Rec
Y acabamos en el Born. Aunque la gente suele pasearse por la Riera y por Argenteria, una calle que pasa más desapercibida pero que tiene muchísimo encanto es Rec. En ella hay tiendas, restaurantes y bares modernos y cosmopolitas, pero con menos ajetreo que en las dos vías principales del barrio. Además, por su orientación, es una calle ideal por donde pasar en verano de camino al centro del Born, ya que casi no le da el sol directo y se mantiene como un lugar fresco.

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